El pasado año se publicaron en España los dos libros del Proyecto Ecocity titulados Manual para el proyecto de ecociudades en Europa (Libro I: un lugar para vivir mejor; y Libro II: cómo hacerla realidad). Los coordinadores son Ph. Gaffron, Gé Huismans y F. Skala, y está editado en Bilbao, Bakeaz, 2008. La edición original se publicó en inglés en Viena, el año 2005. Y debe decirse que se trata de un trabajo asumido oficialmente tanto a nivel europeo (fue patrocinado por la Comisión Europea) como español (lo presenta la Ministra de Vivienda, Beatriz Corredor). Los responsables de Ecocity en España son Isabela Velázquez y Carlos Verdaguer. Tomemos una serie de notas y apuntes del primero de los libros.
Las publicaciones europeas de urbanismo no suelen ser muy entretenidas. Y este caso no va a ser una excepción. Uno de los libros se dedica a definir y exponer la idea de ecociudad, con una serie de ejemplos; mientras que en otro se describen técnicas y herramientas. La verdad es que es un trabajo interesantísimo, pero está expuesto como un informe. El capítulo 1 del primer libro se dedica a las “definiciones de referencia”. El 2 a los objetivos y el 3 al proceso de planificación. El capítulo 4 es, a priori, más entretenido, ya que se dedica a exponer siete ejemplos de ecociudades. Y el 5, por último, a evaluar los resultados obtenidos. No vamos a seguir aquí ese esquema. Mejor será, creemos, plantear una detrás de otra 35 de las medidas que se proponen de forma más dispersa a lo largo del libro.
Asentamientos, estructura urbana, composición
1. Sólo podrán plantearse nuevos asentamientos “si existe una demanda socioeconómica claramente definida que lo justifique”. Para entendernos: todas las “áreas homogéneas” (de suelo urbanizable) aprobadas en Valladolid contradicen de frente este principio.
2. Organizar la estructura urbana de la ciudad, y pensar los nuevos desarrollos (si los hubiere) dentro de una idea global de núcleos compactos, básicamente peatonales y articulados entre sí.
3. Se debe fomentar la agricultura rural y urbana.
4. La silvicultura sostenible y el turismo ecológico pueden aportar beneficios añadidos al uso de los recursos locales.
5. Es necesario “mostrar una especial sensibilidad hacia las preexistencias ambientales” de todo tipo.
6. En general hay que maximizar las zonas verdes. Resulta útil aprovechar la capacidad de absorción y filtración de los bosques y el arbolado en las zonas que actúan como cinturones o filtros verdes.
7. La planificación de nuevos asentamientos debe tener en cuenta también el marco histórico.
8. Para la mezcla de usos debe tenerse en cuenta que son numerosos los tipos de oficinas y negocios que se prestan fácilmente a la alternancia con las viviendas. Puede resultar interesante proveer de locales de determinados servicios (como carpinterías o fontanerías) en las zonas residenciales. Además conviene diseñar “frentes activos con zonas de entrada a los edificios residenciales, y locales comerciales y de uso público accesibles desde las calles exteriores”.
Viario, movilidad, transporte
9. Es importante que la planificación de prioridad a los desplazamientos a pie y en bicicleta. Y conviene integrar las vías peatonales y ciclistas en las vías existentes.
10. Conviene crear conexiones atractivas entre las áreas urbanas y los espacios cercanos de valor natural, que podrán convertirse en lugares idóneos para actividades recreativas. Se valora la disposición de “plazas y pasajes con tramos protegidos de la lluvia o del sobrecalentamiento”. O sea: soportales.
11. Otra condición básica es otorgar preferencia a los sistemas de transporte público. El transporte público colectivo debe ser atractivo, y promover pautas de movilidad respetuosas con el medio ambiente.
12. Aunque no sean populares, deben aplicarse medidas disuasorias dirigidas a hacer menos deseable el uso del vehículo privado: límites estrictos de velocidad, restringir el volumen de tráfico, hacer travesías urbanas poco atractivas para el tráfico de paso, etc.
13. Existen numerosas pautas para fomentar una menor utilización del vehículo privado. Así, las “medidas relacionadas con el aparcamiento, con la continuidad de la circulación rodada o, incluso, con la propiedad del automóvil”. Debe reducirse la oferta de plazas de aparcamiento.
14. Además de las técnicas de calmado de tráfico se llevan a cabo, cada vez con más frecuencia, la creación de “zonas excluidas o de acceso restringido al tráfico” (barrios sin coches).
15. Se recomiendan los aparcamientos centralizados, y evitar el estacionamiento en la vía pública y delante de cada vivienda. La distancia a la parada más cercana de la red de transporte público debe ser menor que la distancia al aparcamiento más cercano para la mayoría de los vecinos.
16. Conviene implantar un sistema logístico en el ámbito del barrio para ayudar a organizar el transporte de mercancías (repartos, envíos) al margen del vehículo privado. Crear pequeñas unidades que centralicen la recepción de paquetes y se encarguen de su entrega a domicilio.
17. Debe planificarse la logística de las obras de construcción para evitar alterar el ritmo de vida de los habitantes del ecobarrio.
Edificación
18. Es necesario plantear alternativas a la vivienda unifamiliar aislada y rodeada de jardín. Los arquitectos han de enfrentarse al reto de diseñar edificios de varias plantas, ya sean bloques de pisos o viviendas adosadas, capaces de ofrecer los mismos niveles de calidad y riqueza espacial que se esperan de las viviendas exentas.
19. Conviene conseguir mezcla de usos en cada barrio, pero también en cada manzana e incluso en cada edificio. Un buen ejemplo sería un bloque de viviendas con locales comerciales y guardería abajo, oficinas en las primeras plantas y viviendas en las más altas.
20. Conviene aprovechar “el potencial ecológico de los cerramientos exteriores de la edificación, tanto fachadas como cubiertas”, y reducir el porcentaje de superficie exterior impermeabilizada.
21. Las cubiertas ajardinadas, los jardines comunales y privados a nivel de calle y la adjudicación de las parcelas interiores como huertos de ocio pueden ser alternativas al típico jardín de la vivienda unifamiliar exenta. Otra opción son las granjas urbanas.
22. Mantener las condiciones óptimas de equilibrio bioclimático requiere abrir corredores que faciliten la renovación del aire y disponer adecuadamente los volúmenes edificatorios.
23. Hay que cuidar la ventilación a través de patios y ventanas, obtener el soleamiento indispensable y señalar dispositivos de sombra tanto para los edificios como para los espacios públicos. Un porcentaje elevado de superficie acristalada en las fachadas sur contribuye a maximizar la ganancia solar pasiva, mientras que las ventanas en sombra reducen la demanda energética para ventilación.
24. Los edificios deben poder adaptarse y transformarse a lo largo del tiempo.
25. Al pensar en las tipologías edificatorias se recomienda evitar la construcción de sótanos, emplear estructuras ligeras (por ejemplo, de madera) y reutilizar los materiales (como puede ser el hormigón reciclado).
26. Debe promoverse el uso de materiales respetuosos con el medio ambiente, como los recursos renovables (madera, arcilla, paja) y locales (piedra, ladrillo, madera producida en la región), y los materiales poco nocivos (materiales sin PVC, sin pinturas disolventes, etc.). Considerar también el coste de producción y traslado de los materiales (mejor, en este sentido, los autóctonos).
27. En el caso de los edificios residenciales, la ventilación mecánica acompañada de la recuperación de calor del aire de extracción resulta muy eficiente.
28. Es posible reducir las cifras de consumo de agua dulce a menos de la mitad: inodoros de bajo consumo, dispositivos específicos en cocinas y cuartos de baño, recogida de agua de lluvia, reciclar aguas grises, etc.
Cuatro notas sobre instalaciones
30. La eficiencia de los sistemas de calefacción centralizada a nivel de barrio es mayor que la de las redes a escala urbana o la de los sistemas individualizados. La construcción de instalaciones in situ para el tratamiento de las aguas grises (las procedentes del uso doméstico) contribuye a mantener cerrado el ciclo del agua y aliviar el caudal que llega a las depuradoras.
31. El sistema de suministro más eficiente a escala urbana se basa en la generación combinada de calor y electricidad.
32. El aprovechamiento de la energía solar, la madera, la biomasa y la utilización de técnicas de recuperación del calor han demostrado ser sistemas muy convenientes en el caso de la calefacción y agua caliente sanitaria.
33. El mecanismo más eficaz para reducir la generación de residuos domésticos suele ser cambiar hábitos de consumo. Pero en el planeamiento puede promoverse el uso compartido de artículos que se utilizan con poca frecuencia. Pero lo mejor es la creación de áreas accesibles y bien comunicadas para la recogida selectiva del vidrio, papel, plástico y metal, así como para reciclados a escala local (compostaje de restos orgánicos).
Dos notas sobre espacio público
34. Los elementos de agua –fuentes, juegos y “canales que bordean las calles”- contribuyen a enriquecer el espacio público.
35. Es relevante la selección del tipo de arbolado. En los climas donde hay sobrecalentamiento en verano las especies de hoja caduca son muy adecuadas.
Siete ejemplos
Citamos a continuación los siete casos que se ponen como ejemplo (las experiencias piloto), que enlazamos con el resumen que figura en la publicación, aunque en inglés (y procedente de una web italiana que lo publica): Ecocity Austria: la ecociudad de
Bad Ischl. Ecocity España: el ecobarrio
Trinitat Nova en Barcelona. Ecocity Hungría: el ecobarrio de
Györ. Ecocity Finlandia: la ecociudad de
Vuores en Tampere. Ecocity Eslovaquia: el proyecto de regeneración urbana ecológica de
Trnava. Ecocity Alemania: el proyecto de regeneración urbana ecológica de
Tubinga-Derendingen. Ecocity Italia: el ecobarrio de
Umbertide.
En general, el libro es del mayor interés, desde luego. Aunque se refiere a un aspecto muy concreto: el medioambiental. Como nos temíamos, el capítulo dedicado a los “aspectos socioeconómicos” es absolutamente decepcionante.