Excelente post en "La Ciudad Viva"
La sostenibilidad es un concepto complejo, multidimensional y, todavía hoy, discutible y discutido. Por su parte, los sistemas de indicadores tratan de reflejar en un número limitado de datos la expresión sobre el estado de un determinado ámbito como puede ser la economía, la innovación o el mercado de trabajo. Desde hace un par de décadas, ha sido enorme el esfuerzo por establecer sistemas de indicadores (e incluso índices sintéticos) que definan la sostenibilidad.
Se dice de los indicadores que tienen una función comunicativa y de incentivación de comportamientos sociales, entre otras funciones. Siempre pienso en el IPC, un índice sintético, metodológicamente arbitrario y discutible, con un significado complejo, pero aceptado socialmente de tal forma que su aparición en un titular determina automáticamente el reposicionamiento de los individuos y las organizaciones, que toman nuevas decisiones y asumen nuevas preocupaciones o sensaciones sobre el nivel de confianza económica.
Creo que aún falta mucho para que un indicador de sostenibilidad realmente consiga ese influjo que tienen otros indicadores cotidianos (pensemos en el Euribor, el porcentaje de aumento de las ventas de automóviles, el crecimiento del PIB,….) y quizá una de las razones sea que a veces se utilizan indicadores excesivamente complejos para explicar la realidad que el concepto de sostenibilidad quiere transmitir. Para huir de esas complejidades, y para acercar las verdaderas implicaciones de la insostenibilidad del modelo actual de desarrollo, quizá convendría plantearse otro tipo de indicadores, que sean más “significativos” para el día a día. Indicadores que a cualquier persona, sin tener una gran preocupación ambiental o una sensibilidad especial por el futuro colectivo de esta generación ni de las siguientes, le digan algo sobre la calidad de su vida cotidiana relacionada con algunos aspectos de la sostenibilidad. Indicadores que quizá no formen parte de un panel sistémico de indicadores técnicos pero que quizá podrían tener un significado en lo cotidiano.
Se me ocurren algunos de ellos:
Manu Fernández es analista urbano en Naider y autor del blog Ciudades a Escala Humana.
Imagen tomada de Martino’s doodles en Flickr bajo licencia CC BY-NC-SA 2.0
La sostenibilidad es un concepto complejo, multidimensional y, todavía hoy, discutible y discutido. Por su parte, los sistemas de indicadores tratan de reflejar en un número limitado de datos la expresión sobre el estado de un determinado ámbito como puede ser la economía, la innovación o el mercado de trabajo. Desde hace un par de décadas, ha sido enorme el esfuerzo por establecer sistemas de indicadores (e incluso índices sintéticos) que definan la sostenibilidad.
Se dice de los indicadores que tienen una función comunicativa y de incentivación de comportamientos sociales, entre otras funciones. Siempre pienso en el IPC, un índice sintético, metodológicamente arbitrario y discutible, con un significado complejo, pero aceptado socialmente de tal forma que su aparición en un titular determina automáticamente el reposicionamiento de los individuos y las organizaciones, que toman nuevas decisiones y asumen nuevas preocupaciones o sensaciones sobre el nivel de confianza económica.
Creo que aún falta mucho para que un indicador de sostenibilidad realmente consiga ese influjo que tienen otros indicadores cotidianos (pensemos en el Euribor, el porcentaje de aumento de las ventas de automóviles, el crecimiento del PIB,….) y quizá una de las razones sea que a veces se utilizan indicadores excesivamente complejos para explicar la realidad que el concepto de sostenibilidad quiere transmitir. Para huir de esas complejidades, y para acercar las verdaderas implicaciones de la insostenibilidad del modelo actual de desarrollo, quizá convendría plantearse otro tipo de indicadores, que sean más “significativos” para el día a día. Indicadores que a cualquier persona, sin tener una gran preocupación ambiental o una sensibilidad especial por el futuro colectivo de esta generación ni de las siguientes, le digan algo sobre la calidad de su vida cotidiana relacionada con algunos aspectos de la sostenibilidad. Indicadores que quizá no formen parte de un panel sistémico de indicadores técnicos pero que quizá podrían tener un significado en lo cotidiano.
Se me ocurren algunos de ellos:
- Porcentaje de la población infantil menor de 8 años que se duerme escuchando un cuento contado por sus padres.
- Número de microscopios y telescopios vendidos en el último.
- Porcentaje de la población capaz de reconocer el sonido de más de cuatro especies de aves.
- Número de políticos que tienen Walden como libro de cabecera (aquí pongan cualquier otro libro que no se imaginan que ningun político actual haya leido).
- Cantidad anual consumida de antidepresivos, tranquilizantes y somníferos.
- Número de quads y motos de agua matriculados.
- Cantidad de litros de agua embotellada consumida per capita.
- Porcentaje de la población que vive a menos de 20 kilómetros de distancia de cursos fluviales libres de regulación.
- Porcentaje de la población que en el último año ha echado una siesta debajo de un árbol.
- Distancia media recorrida por los productos frutícolas consumidos desde su lugar de producción.
- Relación entre legumbres consumidas y carne consumida per capita.
Manu Fernández es analista urbano en Naider y autor del blog Ciudades a Escala Humana.
Imagen tomada de Martino’s doodles en Flickr bajo licencia CC BY-NC-SA 2.0
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