Los edificios seleccionados para formar parte del nuevo Catálogo sobre Edificios de Equipamientos se dividen en dos niveles: ‘A’, de importante consideración y repercusión en la Península y ‘B’, de consideración y repercusión en la Región. Los edificios sometidos a estudio por el comité de expertos de la Fundación que efectuó la selección fueron diseñados y construidos en el periodo que transcurre entre 1925 y 1965, definido como arquitectura Moderna.
El arquitecto Daniel Villalobos, representante del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla y León Este (Coacyle) en la Comisión Técnica de la Fundación Docomomo Ibérico, reconoce que la catalogación de estos edificios «carece de valor legal», pero subraya que el esfuerzo realizado para elaborar este catálogo se merece que este tipo de arquitectura «se conozca, valore y respete». Villalobos presentará hoy en la sede del Colegio, junto con un grupo de arquitectos burgaleses que ha colaborado en las tareas de investigación y documentación de los inmuebles propuestos desde Burgos, los pormenores de todo el proceso de selección de los inmuebles.
La burgalesa es una de las provincias que más entradas ha aportado al registro de las cinco provincias de Castilla y León Este -Ávila, Burgos, Segovia, Soria y Valladolid. Siete de ellos en la categoría A, de interés regional: el Hotel Condestable, el Hotel Castilla, la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles (en Miranda), el Instituto Fray Pedro de Urbina (también en Miranda), el colegio Sagrada Familia de Burgos, el Instituto Fray Pedro de Urbina (de Miranda) y la antigua Escuela de Maestría Industrial, hoy Padre Aramburu.
En la categoría B, de interés en el ámbito regional, figuran los siguientes edificios el Colegio Menor la Castellana, hoy la residencia Santa María de los Salesianos; el Cine Novedades (de Miranda); el edificio comercial que se ubica en la Plaza mayor con la esquina de Almirante Bonifaz; el inmueble de los Almacenes Campo y el edificio ‘José Barrios’, en el número 109 de la calle de Vitoria.
«Estamos acostumbrados a que el patrimonio lo vemos sólo en edificios históricos y ese es un concepto que debemos revisar», asegura Villalobos para remarcar que la calidad de un edificio no reside en el único concepto de antigüedad. Adquirir constancia de la importancia de construcciones mucho más modernas es uno de los objetivos de este catálogo, indica.
La carencia de valor legal de este catálogo tampoco es impedimento para que las administraciones públicas apliquen sobre los edificios seleccionados sus propias normas de protección en materia urbanística, afirma este experto. «Desde la Fundación se pretende también que tomemos conciencia de que no todo lo que se hizo estaba bien», dice Villalobos para razonar la exclusión de algunos edificios que, al menos en apariencia o por su historia individual, pareciera reunir las condiciones necesarias para su inclusión en el catálogo de Docomomo.
Este arquitecto destaca «el esfuerzo de todos los grupos que en los distintos colegios de Arquitectos han buceado en los archivos para documentar cada uno de los edificios propuestos». La catalogación de los inmuebles destinados a equipamientos es la tercera fase un proyecto más amplio que incluye un ámbito general y otro dedicado a las industrial y las viviendas.Docomomo Internacional se creaba en 1990 y su sede central se ubica en París. Se trata de una organización no gubernamental cuyo principal objetivo es el de inventariar, divulgar y proteger el patrimonio Arquitectónico del Movimiento Moderno -el ya citado periodo entre 1925 y 1965-, para ello ha diseñado una estrategia geográfica de la cual se ha derivado la creación de la Fundación DocomomoIbérico, con sede en Barcelona, que coordina el cumplimiento de estos objetivos generales en España y Portugal.
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