Haciendo gala del mismo verbo afable y calmo que siempre ha mantenido, el arquitecto que diseñó la plaza Mayor de Burgos, Albert Viaplana, considera que el cambio de las farolas que él proyectó por otras de estilo clásico desvirtúa el concepto bajo el que se concibió. Lo primero es informarle, puesto que desconocía la pretensión municipal de sustituir este identificativo elemento de la plaza, cambio al que dedicará casi 70.000 euros. Además, es la segunda vez que se modifican las farolas, puesto que ya fueron pintadas de color plata en lugar de mantener el negro inicial, que comulgaba con las líneas de clinker negro del suelo. Y en la memoria queda el debate sobre la ya mítica peana de Carlos III, que se convirtió en esta ciudad en poco menos que en una cuestión de Estado que acabó por enterrar el diseño original para aupar al ilustrado Borbón a un basamento de piedra arenisca.Ya informado... «Puede que no entiendan el proyecto, pero al menos podrían respetarlo», comienza. «Esa plaza está concebida como una calle ensanchada, de las que en Italia abundan. Por ejemplo, la plaza del Palio de Siena tiene algo de esta... Las casas se separan y se recogen en ambos extremos y, para remarcar esa idea, con las farolas se creaba un recorrido informal que explicaba ese ensanchamiento», argumenta para explicar qué le llevó a esa concepción de la plaza burgalesa. O todo o nadaEn el complejo equilibrio que los arquitectos dan a luz en sus proyectos, un cambio, por ligero que parezca, puede modificar el concepto de un proyecto, cambiar su esencia. Eso es lo que parece dolerle más a Viaplana, la conjunción forzosa de elementos que rompen ese equilibrio. «Lo propio es que retiren también los bancos. Es aberrante retirar las farolas y mantener el resto de la plaza porque se eliminan los contactos que se van estableciendo entre unos elementos y otros. Acaso eso sea lo peor, que ni lo uno ni lo otro», termina.La plaza Mayor no es el único proyecto singular que Viaplana tiene materializado en Burgos. La pérgola de la ampliación del cementerio también es suya, al igual que la denominada ‘casa de la muralla’ recientemente inaugurada junto al Arco de San Juan. Si bien «no todo» en este edificio se ha hecho como a su arquitecto le gustaría, sí le han llegado noticias de que en este caso su obra está recibiendo buenas críticas, a pesar de que se trata de un espacio crítico del Camino de Santiago y, por tanto, más importante desde un punto de vista patrimonial que la citada plaza Mayor.
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