En este momento, son las dos fuentes de energía totalmente limpias que permiten a cualquier pequeño o mediano usuario generar energía eléctrica para autoconsumo o para venta a la red eléctrica. De este modo la energía minieólica se suma al camino de microgeneración limpia y eficiente iniciado por la energía solar fotovoltaica.
Teóricamente, se considera energía minieólica a los aerogeneradores o molinos menores de 100 kW o a los que tienen un área de rotor inferior a 200 m2, aunque futuras legislaciones definirán claramente cuál será el límite de esta tecnología para ser considerada como tal.
Hasta ahora, el uso tradicional de la energía miniéolica se destinaba al autoconsumo en lugares donde no existía red eléctrica (huertos, corrales, caseríos…), pero desde 2009 se comercializan en España dos nuevas alternativas legales y las primeras instalaciones se están realizando en Navarra.
La primera nueva aplicación sería el autoconsumo en edificios donde ya existe red eléctrica, por ejemplo una vivienda o empresa que ya consuma energía de la red eléctrica. En esta modalidad, la energía generada es consumida directamente por los aparatos que estén funcionando y evita que su propietario compre esa energía a la compañía eléctrica. Por ejemplo, un aerogenerador convencional de potencia 1,75 kW, podría generar por encima del 50% de la energía eléctrica anual de un hogar medio.
La otra aplicación novedosa consiste en vender la energía generada a la red eléctrica, al igual que lo hace actualmente la energía solar fotovoltaica. Ésta es una modalidad innovadora y la empresa navarra ALBA RENOVA ha realizado la primera instalación comercial de España en un edificio del Gobierno de Navarra.
Las dos modalidades están pensadas para generar energía eléctrica en entornos urbanos o industriales y ser consumida en el mismo edificio en que se produce o en los de su entorno. De este modo se consigue una producción descentralizada que minimiza pérdidas de transporte, desahoga las redes y evita la proliferación de grandes centrales de generación eléctrica.
Los países que nos rodean (Portugal, Italia y Francia) ya cuentan con regulaciones específicas para energía minieólica. Y los más avanzados, como Gran Bretaña, se han marcado como objetivo generar entre el 30% y 40% de la energía eléctrica del país en 2050 mediante instalaciones de microgeneración distribuida en edificios, principalmente miniéolica y solar fotovoltaica mediante el programa “Low Carbon Buildings” (Edificios con Bajas emisiones de CO2). En la actualidad el Reino Unido cuenta con unas 100.000 instalaciones de microgeneración y se conceden Certificados Renovables a sus propietarios, introduciendo incentivos fiscales para quien produce energía verde.
Sin embargo, en España, todavía no existe una regulación específica para la energía miniéolica que la diferencie de la gran eólica. Las grandes compañías eléctricas convencieron al Gobierno el pasado mes de octubre para que frustrara el desarrollo de un Real Decreto para desarrollar un marco regulatorio atractivo para la miniéolica. Momentáneamente, se han cerrado algunas esperanzas, pero es difícil poner puertas al campo…
La Directiva Europea 2009/28/CE obliga a que España genere un 20% de su energía primaria mediante fuentes renovables en el año 2020, cosa que con la política actual, parece un objetivo utópico y ya vamos a empezar por incumplir en 2010 al no alcanzar el objetivo marcado del 12,1% para esa fecha (en 2008 iba por el 7,8%). La política energética improvisada de los últimos años llevada a cabo por el gobierno hace difícil que el sector renovable español sea más estable y permita que un mayor número de empresas nacionales crezcan de forma ordenada. Sin embargo, en junio de 2010 tendrá que estar listo el Plan de Energías Renovables 2011-2020 que desarrolle la directiva anterior y, al menos, dote de un plan claro para las energías renovables a 10 años vista.
Las renovables siempre han tenido la incuestionable ventaja de la conservación del medio y la protección de la salud de las personas, pero ya empezamos a tener datos, también, de su importante aportación económica a la marcha de nuestro país. Pese a tratarse de un sector incipiente, los datos de empleo y de balance económico son muy interesantes. El último informe para España de la consultora Deloitte refleja que el sector de las Energías Renovables dio empleo a unas 120.000 personas en 2.008 y un ahorro de importaciones de combustibles fósiles por 2.725 millones de euros (10 millones de Toneladas Equivalentes de Petróleo). Según el mismo estudio las energías renovables en España habrían generado unos beneficios netos de 619 millones de euros, incluyendo los beneficios generados de no emitir CO2 y las importaciones evitadas de combustibles fósiles. La conclusión que APPA (Asociación de Productores de Energías Renovables) extraía del informe es lo que todo el mundo ya conocía: “La contribución de las energías renovables a la economía española es claramente positiva”.
Las instalaciones de microgeneración renovable producen beneficios para el conjunto del país mediante la producción descentralizada, su nulo impacto ambiental y genera recursos y trabajo en nuestro país. También, permite a sus propietarios obtener los beneficios económicos, ambientales y sociales propios de una pequeña instalación.
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